En esta ocasión, y especialmente para las piezas instrumentales, me dejé llevar por el piano para su composición, explorando su sonoridad y atmósfera. El motivo que improvisé en este instrumento para la escena de Helena de Troya es el que más destacaría de todas las músicas pues el actor Oscar Zafra la hizo suya y se adaptó al ritmo para declamar su emocionante monólogo, encajando a la perfección y creando una comunión entre texto y música.
Pero lo más divertido fue componer las canciones de los 7 pecados capitales sobre el texto descacharrante escrito por David Desola. Un momento muy loco y cabaretero de la obra que dio mucho juego para el desmelene actoral y compositivo.